Quizá influenciado por la publicidad, y por lo sano que dicen que es, hace ya unos cuantos años que tomo cereales integrales para desayunar, con leche desnatada al principio, con bebida de soja en la actualidad. El caso es que siguiendo el modelo que nos ofrecen desde hace décadas mediante la publicidad televisiva, echaba una generosa cantidad en el cuenco, que luego cubría con leche.

Tomarse tal desayuno era trabajoso, pero digerirlo lo era aún mucho más. Me pasaba toda la mañana luchando contra tal cantidad de carbohidratos en mi sistema digestivo, y no había manera de bajar de peso, por mucho ejercicio y dieta hipocalórica que siguiese.
Un día se me ocurrió leer el envase, esa caja de cartón que en su parte trasera nos indica toda serie de datos mareantes y me enteré que una ración equivale a 30 g.

Entonces decidí pesarlo, y cual fue mi sorpresa al comprobar que estaba tomando raciones multiplicadas por 3 o 4 veces su cantidad recomendada!
A partir de aquel momento se acabaron las digestiones copiosas y la pérdida de peso se hizo realidad! También hay que tener en cuenta que las cajas de cereales duran entre 3 y 4 veces más que antes, con el consiguiente ahorro económico directo al comprar menos producto, y en tiempo, al hacerlo de manera més espaciada.
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