Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts, dirigidos por el profesor de neurología y neurobiología Steven Reppert, que publicaron su estudio en la revista Nature Communications, según la BBC y The New York Times, han descubierto que una proteína en la retina del ojo de las personas humanas puede percibir campos magnéticos.
El inesperado descubrimiento abre un nuevo capítulo olvidado de la biología de la conciencia que tiene que ver con el llamado «sentido magnético». En todos los animales de nuestro planeta, las reacciones químicas fotosensibles involucran a una proteína de sobras conocida, la flavoproteína (criptocromo), que desempeña un papel importante en la comprensión del campo magnético de la Tierra. Los experimentos con moscas Drosophila han demostrado que estas proteínas funcionan como sensores magnéticos dependientes de la luz.
La nueva investigación mostró que la proteína humana hCRY2 criptocromo ofrece una capacidad sensorial magnética similar. Los investigadores crearon una mosca mutante, que, gracias a un gen humano añadido, producía la correspondiente proteína humana criptocromo en lugar de producir su propia flavoproteína. Al final resultó que la mosca todavía podía percibir los campos magnéticos.
El experimento reveló que la proteína humana hCRY2 tiene una capacidad inherente molecular para funcionar como un sistema magnético sensorial, que puede allanar el camino para futuras investigaciones de los sentidos magnéticos en humanos desconocidos hasta ahora.
Sin embargo, los científicos no han logrado aún ponerse de acuerdo sobre si las personas pueden percibir el campo magnético de la Tierra y en qué grado. Aún así, hay algunos indicios de que el geomagnetismo afecta a nuestro sistema visual de percepción de luz. Pero el hecho de que si el ojo humano funciona como una ‘brújula’ magnética sigue siendo un enigma.
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